Un avance tecnológico innovador para la Ingeniería Civil es la del material conocido como Hormigón Translúcido. El mismo se consigue ya sea por la utilización de la fibra óptica o también de un polímero. La fibra óptica es una hebra muy fina ya sea de silicio o también de vidrio que es conductora de la luz. El grosor de esta fibra no es mayor al de un cabello humano y tiene como sus componentes al láser, a la fibra óptica y un fotodiodo (detector de luz).
El concreto (también llamado hormigón) translúcido es un concreto polimérico diseñado bajo patente mexicana, que incluye cemento, agregados y aditivos. Permite el paso de la luz y desarrolla características mecánicas superiores a las del concreto tradicional. Este producto permite levantar paredes casi transparentes, y más resistentes y menos pesadas que el cemento tradicional.1
La estructura de este concreto (hormigón) permite hasta un 70 % el paso de la luz, haciéndolo ideal para el ahorro de luz eléctrica y el uso de materiales de acabado como yeso y pintura logrando así una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las cualidades del concreto translúcido son poder introducir objetos, luminarias e imágenes ya que tiene la virtud de ser translúcido hasta los dos metros de grosor, sin distorsión evidente; alcanzar una resistencia de hasta 450 kg/cm2; al mezclarse se sustituye la grava y la arena por resinas y fibras ópticas; y ofrecer una consistencia impermeable junto con una mayor resistencia al fuego.
El concreto traslúcido representa un avance en la construcción de plataformas marinas, presas, escolleras y taludes en zonas costeras, ya que bajo el agua sus componentes no se deterioran y es un 30 % más liviano que el concreto convencional.
Su fabricación es igual a la del concreto común. Para ello se emplea cemento blanco, resinas, fibras ópticas, agua y el aditivo cuya fórmula es secreta, llamado “ilum”. Actualmente el cemento translúcido se comercializa en dos formas: prefabricado y el aditivo ilum.
POR: ALEJANDRO MONROY BOBADILLA